La Piedra de Luna Arco Iris, labradorita blanca o espectrolita intensifica tu energía femenina de ‘Diosa’ Las piedras lunares tienen una naturaleza altamente espiritual, y puedes beneficiarte al poner esta vibración a trabajar en tu vida. Es una piedra que realza tus sentimientos, alienta los deseos fervientes, la expectativa ansiosa y la resolución sincera. Sostiene en su interior la naturaleza profundamente arraigada de la energía femenina.
Propiedades y beneficios de la Piedra Lunar
Esta es una piedra muy especial y altamente espiritual que conecta a ambos sexos con la vibración de la Madre Gaia y su energía.
- Energía de sanación física: esta piedra se encarga de impulsar las fuerzas biológicas del cuerpo, es decir, promueve la fertilidad, el parto y alivia los dolores menstruales. Además, ayuda a combatir condiciones degenerativas en la piel, los ojos y el cabello.
- Energía de sanación emocional: la Piedra de Luna ayuda a relajar la mente y el cuerpo, también ayuda a dominar las emociones para expresarte de manera correcta.
- Sanación de chakras y energía de equilibrio: afecta directamente el chakra corona, y el centro espiritual, logrando que entre al cuerpo concentración, sabiduría y paz.
- Energía espiritual: usar esta piedra era sinónimo de esperanza y fe, por esa razón, en la India era muy empleada, debido que se consideraba que representaba su esperanza.
- Amuletos y talismanes: desde hace muchos años, la Piedra de Luna era considerada un talismán.
- En la salud: la Piedra de Luna no sustituye ningún tratamiento médico, pero algunos curanderos la utilizan para estimular la glándula pineal y nivelar los latidos del corazón.
- Propiedades mágicas: en los países las mujeres que deseaban quedar embarazadas cosían a su vestimenta piedras de Luna y lo usaban durante la Luna llena.
- Esta piedra también es asociada con los negocios, la protección, la buena suerte y el amor apasionado.
Origen e historia de la Piedra Lunar
En la ciudad de Roma, antiguamente, se creía que el nacimiento de la Piedra Lunar se debía a la unión entre la tierra y los rayos Lunares.
Muchas son las tradiciones y leyendas que tienen como protagonista esta maravillosa gema, a partir de la India antigua, donde se creía que la diosa hindú de cuatro brazos tenía una Piedra de Luna sobre la frente, como representación de la Luna misma. Por superstición y por sus particulares colores se suponían que quien la poseía obtendría la benéfica influencia divina. También en Occidente la Piedra de Luna ha sido muy amada y preciada: los antiguos creían que estaba compuesta de pequeños elementos de la luna y que su luz interna sería la luz de una divinidad positiva, presente en la gema. En la antigua Roma se pensaba que según las diversas fases lunares la Piedra de Luna cambiase su aspecto y que en un cierto momento era posible vislumbrar la imagen de la diosa Diana en su interior. Una leyenda medieval afirma que quien se hubiera dormido luego de haber visto una Piedra de Luna habría gozado las facultades de un adivino. Desde siempre mirada como gema femenina y de “diosa”, por lo tanto no sorprende que en la mitología el arte de adivinar era tradicionalmente tomado por un arte femenino por excelencia.
Junto a estas tradiciones, la Piedra de Luna ha sido asociada a la emoción más poderosa y positiva: el amor. Como símbolo del “tercer ojo” la Piedra de Luna estaría en grado de equilibrar el ying y el Yang, proteger de la epilepsia y aseguraría una buena cosecha. Para la cristaloterapía es una gema que ayudaría a los hombres a acercarse a su parte femenina.